24.11.08

El devenir de las cosas


Hace tiempo miraba detrás de las ventanillas de los coches para recuperar aquellos objetos que la gente olvidaba en los asientos. Los habían abandonado allí, como piltrafa inmunda, como si fueran olvidos consecuentes y estudiados. Y lo cierto era que simplemente restaban en la ignorancia.

A veces, uno se ha sentido así. Como desplazado del mundo, ignorado, olvidado.

No fue la corriente las que nos condujo a seguir lo que se imponía en esta sociedad mentirosa.

Allí, debajo de los tupidos velos invisibles de aquellos días que no quieren amanecer, están las personas que se negaron a convivir con el perdón y con la rabia, con la ejecución y la condena. Por alguna razón, ni Platón les dejó sitio en su República.

Se han callado durante mucho tiempo... Han restado en el asiento trasero durante mucho tiempo...

Es hora de despertar.