La vida que murmura. La vida abierta.
La vida sonriente y siempre inquieta.
La vida que huye volviendo la cabeza,
tentadora o quizá, sólo niña traviesa.
La vida sin más. La vida ciega
que quiere ser vivida sin mayores consecuencias,
sin hacer aspavientos, sin históricas histerias, sin dolores trascendentes ni alegrías triunfales,
ligera, sólo ligera, sencillamente bella
o lo que así solemos llamar en la tierra.
Su nombre completo era Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta, lo cual le permitió firmar sus obras como Rafael Múgica, Juan Leceta o Gabriel Celaya.
Recordarán otros versos de él en mi blog, Gabriel Celaya decía que la poesía era un arma cargada de futuro. Nos sirve, nos homenajea y nos detiene las ansias de llorar. Esta poesía va dedicada a los que se autodestierran y hacen una bandera de ello . No hay necesidad de aspavientos, ni históricas histerias. Sólo ligera, sólo ligera...
No hay comentarios:
Publicar un comentario