2.7.08

En mi memoria


Para quién anda conmigo...


El rompecabezas tenía 4 partes:

La primera era disponer del tiempo necesario para saltar corriendo por la ventana de su cuarto y rodar como una croqueta por la hierba espesa hasta caer a algunos pies que se compadecieran del mundo como lo hacía ella.

La segunda tenía que ver con las manecillas de los relojes. Eran com arañas que se infiltraban en sus venas para arrastrarla al deseo de seguir adelante con desazón.

La tercera discurría en los ojos de su amado, que no eren ni verdes ni rojos ni amarillos, sino negros, llenos de la oscuridad de los abismos que le habían separado de él.

Y la última parte acontecía entre el amanecer del antaño y el pasado que se escapa día a día.

Quién sabe, mi amor... cuando tú dejas abierta la puerta de la imaginación se escapan estos rompecabezas, estos sueños que son ilusiones que se vuelan. La literatura está en mi memoria como un recoveco escurridizo. Y tú que formas parte de ahí, de esos adentros y que logras día a día aparecer y atravesar cada descuido de mi infortuna con tu inmensa alegría, me pregunto, si será verdad que existen rompecabezas para poder hablar del amor.

Los hay, este cuento es uno de ellos :)