16.5.08

La Persecución

Iba de rosa y no tenía ningún sentido correr de camuflaje.
Que respiro cuando tiró el bolso rojo robado en la riera seca.
Yo lo vi respirando en la plaza y observando los acontecimientos que decían pasar en el mundo.
Era todo olvido, todo confuso.
Recuerdo que me miró y pensé que me seguiría hasta casa.
¡Qué tontería!
Él había nacido para huir
y yo...
Yo había nacido para decirlo.

Y si nadie lo escucha
que muera en la ignorancia
que viva siendo un muerto joyciano.
Yo sé que ir de rosa enfada
pero el símbolo de su escapada
era el principio de algo
o de nada.

4 comentarios:

Edmundo V dijo...

Me ha gustado mucho esta poesía, entre otras cosas por la enigmática y curiosa historia que hay detrás.

Munchísimo.

Shelley dijo...

Y cuando se vive en primera persona más...

Munchísimo yo también.

Txiqui dijo...

No conozco esa historia!! :(

Ricard Ribera dijo...

munchísimo de muncho.